Romances de oficina: ¿es conveniente tenerlos?
Impropio, inconveniente, razonable y/o prudente, son algunos de los calificativos que definen las disĆmiles opiniones de los expertos, respecto de si es bueno o no involucrarse sentimentalmente con un compaƱero de trabajo. Para nadie es un misterio que las relaciones amorosas en la oficina se han hecho cada vez mĆ”s comunes. Y es que pasar largas horas en el trabajo, compartiendo el tiempo junto a las mismas personas, puede -fĆ”cilmente- confundir los sentimientos y traspasar la mera ayuda profesional.No es de extraƱar, entonces, que el lugar de trabajo presente -para muchos- las mejores oportunidades para buscar pareja. SegĆŗn los expertos, el trabajo en comĆŗn brindarĆa mayor tiempo y espacio para conocerse y eventualmente para enamorarse. Es mĆ”s, algunos seƱalan que hoy en dĆa, la oficina es el nuevo lugar para encontrar el amor.
Varios estudios reafirman estas conclusiones. Una encuesta de Wall Street Journal revelĆ³ que un 40% de los consultados confesĆ³ haber tenido un romance de oficina en algĆŗn momento de su carrera. Cifra no menor considerando que dentro de ese porcentaje estĆ”n tambiĆ©n contempladas las personas casadas.
Lawyers.com y la revista Glamour coinciden con estos datos. Un sondeo en conjunto realizado por ambas entidades, revelĆ³ que tres de cada cuatro empleados creen que los romances de oficina son mĆ”s frecuentes que hace una dĆ©cada atrĆ”s. En tanto, segĆŗn una encuesta realizada por revista More -y publicada por la BBC-, seis de cada diez mujeres tienen romances secretos con colegas en su trabajo y en esta lĆnea, tres de cada diez han sido infieles alguna vez a lo largo de su carrera.
El problema, sin embargo, no radica en la relaciĆ³n en sĆ, sino en que estos romances puedan llegar a constituir el punto de partida de favoritismos y conflictos de intereses. En muchas ocasiones, estas relaciones no se saben manejar adecuadamente, entorpeciendo el clima laboral y generando tensiĆ³n e incomodidad entre los compaƱeros. En ese sentido, la opiniĆ³n de los expertos estĆ” dividida. Mientras algunos consideran que los romances de oficina no pueden concretarse, puesto que generan inconvenientes en tĆ©rminos de desempeƱo y rendimiento laboral, otros sostienen que los empleados siguen siendo personas con sentimientos y emociones, por lo que muchas veces, este tipo de relaciones se hace inevitable.
Romances prohibidos. Para evitar posibles inconvenientes, varias organizaciones deciden ser categĆ³ricas en este tema y prohibir los amorĆos entre sus empleados como norma corporativa o bien, se valen de reglas para regular estas relaciones. Alfredo Luna, acadĆ©mico de Centrum CatĆ³lica, comparte esta idea, al asegurar que “la empresa debe tener un plan de contingencia para evitar que se desaproveche el talento de las partes, de manera tal que las personas puedan ser reubicadas en Ć”reas en las que su productividad individual no sea menoscabada por la cercanĆa del ser amado”.
Para ello, sostiene que en las fases de inicio, la empresa puede tomar medidas para que el contacto emotivo no llegue a interferir con el trabajo y tener consecuencias lamentables. Sin embargo, aclara que “no es correcto intervenir en la relaciĆ³n de dos personas adultas. La empresa se debe limitar a tomar las medidas que las normas internas indiquen”. Por su parte, Jorge Llaguno, acadĆ©mico de Factor Humano, Persona y Familia de Ipade Business School, sostiene que "la organizaciĆ³n tiene derecho a manejar un mĆnimo de informaciĆ³n veraz sobre la vida de sus empleados". Sin embargo, explica que "este derecho, no implica ir mĆ”s allĆ” de la informaciĆ³n pĆŗblica. Es decir, lo que permanece secreto en la vida del sujeto, es tambiĆ©n sujeto a ser ocultado a los ojos de la empresa, por un elemental derecho a la privacidad"
Otras compaƱĆas,sin embargo, son menos radicales, pero exigen que sus empleados comuniquen las posibles relaciones que comiencen a formar, para asĆ evitar algĆŗn tipo de controversia. Por Ćŗltimo, estĆ”n aquellas, culturalmente mĆ”s abiertas, que no ven problemas al respecto, pues consideran que incluso esta uniĆ³n puede significar un incentivo.
SegĆŗn Stephanie Losee y Helaine Olen, co-autoras del libro "Office Mate: The Employee Handbook for Finding -and Managing- Romance on the Job" (Pareja de Oficina: manual del empleado para encontrar y manejar el romance en la oficina), la productividad mejora cuando las personas estĆ”n felices en la oficina. "La oficina es la aldea del siglo 21. Es un excelente lugar para encontrar romance, ya que todos los empleados han sido elegidos con pinzas por el equipo de Recursos Humanos, el casamentero de la oficina", afirman. Estas Ćŗltimas compaƱĆas no contemplan prohibiciones, siempre y cuando, consideren que las relaciones amorosas no afectarĆ”n ni interferirĆ”n las funciones de sus empleados, ni pondrĆ”n en peligro la unidad del equipo de trabajo.
Favoritismo corporativo. Actualmente, la mayorĆa de las empresas permite los romances entre colegas. Sin embargo, esto cambia en el caso de los amorĆos entre superiores y subordinados, ya que -eventualmente- podrĆan derivar en un favoritismo corporativo, ocasionando tratos injustos y poco Ć©ticos. En este caso, otros empleados puedan sentir que estĆ”n recibiendo menos beneficios y oportunidades, en comparaciĆ³n al “empleado favorito”, que tendrĆ” en definitiva, el mismo puesto, la misma responsabilidad y la misma carga laboral. Si esto ocurre, el ambiente laboral se verĆ” debilitado, mientras el “favorito” serĆ” blanco fijo de rumores, envidias y resentimientos. “En el caso de un jefe varĆ³n, casado, que tiene una relaciĆ³n con una subordinada casada o soltera, no hay forma que los involucrados en esto declaren su relaciĆ³n formalmente y tratarĆ”n de mantenerla oculta. Muy probablemente, algunas personas de la organizaciĆ³n descubrirĆ”n o sospecharĆ”n de la relaciĆ³n y comenzarĆ”n los chismes, lo que harĆ” que todo sea mĆ”s deteriorante”, explica el acadĆ©mico de la Universidad Esan, Luis Felipe CalderĆ³n.
En el peor escenario, esta persona o bien los implicados, terminarĆ”n por ser despedidos, trasladados a otras Ć”reas de la compaƱĆa o bien, renunciarĆ”n a la empresa para evitar ser vĆctimas de posibles ofensas. Por otra parte, diversos especialistas sostienen que mĆ”s allĆ” de las imposiciones o reglamentos establecidos por las organizaciones, los empleados siguen siendo personas, por lo tanto, no tiene sentido restringir algo que tiene altas probabilidades de ocurrir. Y es que es iluso pretender que en algĆŗn lugar donde hay seres humanos, no surjan ni se formen relaciones emocionales.
Por ello, mantener estas polĆticas restrictivas, parece ser un camino difĆcil de seguir, debido al creciente hĆ”bito de tener empleados full time que pasan la mayor parte del dĆa en la oficina. SegĆŗn los expertos, el tiempo que se transcurre junto al otro, el apoyo brindado, las situaciones vividas, la alegrĆa, los fracasos y las decepciones, son aspectos cruciales, pues constituyen un sustento emocional que traspasa la mera ayuda profesional. En definitiva, si bien existe cada vez mayor apertura con respecto a este tema, aĆŗn existen organizaciones en donde no se conciben ni permiten las relaciones entre empleados. En ese sentido, los expertos seƱalan que prohibir las citas no es la soluciĆ³n, ya que estas medidas llevarĆ”n a la clandestinidad, las personas continuarĆ”n manteniendo un romance en forma secreta, y por consiguiente, se generarĆ” una situaciĆ³n de deshonestidad hacia los otros miembros de la compaƱĆa.
“Es peligroso tener medidas punitivas para este tipo de relaciones, pues lo Ćŗnico que se lograrĆ” es que la gente las esconda y serĆa mejor que haya una polĆtica que las personas puedan tratar estos temas, de modo confidencial, con sus jefes directos”, dice el experto de Esan.
Ya lo sabe. Antes de involucrarse con alguien de su trabajo, averigĆ¼e que polĆtica aplica su empresa en esas situaciones. De esta forma, estarĆ” mejor preparado para lo que pueda venir.
Tomado de America Economia .
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